Cuando uno piensa que la Asamblea no puede caer más bajo, vienen los diputados Raúl Pineda (PRD), Luis Barria (PAN) y Miguel Fanovich (MOL) y, con el apoyo de la mayoría de los diputados, nos sorprenden.
¿Qué estaría dispuesto a hacer o dejar de hacer alguien para evitar que el contenido de sus comunicaciones sea público? ¿Qué va a hacer el Estado para protegernos? ¿Quién va a investigar y a juzgar al grupo criminal que amenaza contra la seguridad interna del Estado y la intimidad de ciudadanos y gobernantes?
En nuestras manos está hacer la diferencia o quejarnos cinco años más de una Asamblea clientelista, que se arrodilla ante un Ejecutivo generoso o extorsiona a un presidente para seguir abusando de los bienes del Estado para su propio beneficio y para mantenerse en el poder. Panamá necesita y merece una mejor Asamblea Nacional.