¿Por qué un Movimiento Ciudadano? ¿Por qué MOVIN?

Compartir en Redes Sociales

Por: Ricardo Zubieta

Un movimiento ciudadano es un grupo de personas con distinto nivel de organización que tiene como finalidad realizar cambios desde la sociedad civil. ¿Cambios en qué?  En cualquier aspecto de la vida que, a juicio de esa agrupación, requiera ser debatido, aceptado o modificado. Hay veces que la agrupación busca  ambiciones y necesidades que no están siendo atendidas o sobre las cuales no se sienten representada.

Los movimientos ciudadanos pueden reclamar aspectos de su día a día, como lo pueden ser:  mejoras en el transporte público, calidad de la  educación o acceso al sistema de salud básica, así como también aspectos mucho más abarcadores como los Derechos Humanos de grupos vulnerables, el medio ambiente, cambios al sistema político, etc.

Algunos ejemplos recientes de movimientos ciudadanos exitosos han sido el #MeToo Movement, que combate el acoso sexual y que ha desencadenado en una serie de revelaciones y acusaciones contundentes en los Estados Unidos, especialmente en el mundo del espectáculo.  La inmolación de un vendedor ambulante en Túnez, en contra de las autoridades de ese país en 2010, inició un movimiento ciudadano que, con muy poca organización, logró derrocar a varios gobiernos de la región en lo que se conoce hoy como la Primavera Árabe.  En 2011, en España, los abusos de la clase político-económica  dieron como resultado un movimiento que nació de la frustración de distintas agrupaciones, con diversos intereses que, sin tener un “dueño”, desencadenó el Movimiento de los Indignados.

Panamá no escapa de esta realidad, pues hemos tenido un sin número de movimientos ciudadanos, algunos efímeros, poco estructurados y otros que si han logrando perdurar en el tiempo, con mayor o menor éxito en cuanto al logro de sus objetivos.

En todos los casos anteriores, su génesis está en la falta de representatividad. Una frustración colectiva causada por la ineficiencia, la corrupción, la indiferencia o cualquier combinación de estos factores que se quiera vincular al poder político. 

Es precisamente esta falta de representatividad que lleva a MOVIN a organizarse en las elecciones pasadas. Primero, en su origen, en la lucha contra uno de los gobiernos más corruptos de nuestra historia, que amenazaba con repetir en el poder a través de un proxi presidencial.  Luego, una vez se logra la victoria electoral del actual Presidente de la República, el enfoque de MOVIN se torna en sus pilares: Transparencia, Participación Ciudadana e Institucionalidad y por supuesto, la permanente lucha contra la corrupción. 

Y ¿cómo se come esto?  Sencillo, la Transparencia es una de las principales herramientas contra la corrupción, una constante apertura de las actuaciones de nuestros gobernantes hacia el pueblo. De esta forma, la fiscalización de la ciudadanía y los medios de comunicación puede ser más efectiva. En cuanto a la Participación Ciudadana, es fundamental que todos los ciudadanos salgamos de la frase “hay que” y empecemos a contribuir; pero para eso debemos saber cómo hacerlo, a través de qué mecanismos. En este sentido, algunos de nosotros trabajamos directamente en Gobierno aportando nuestro grano de arena y a la vez desligándonos del día a día de MOVIN, mientras que el movimiento se enfocaba en proyectos específicos que incentivaran esa participación ciudadana, por ejemplo, en talleres de veeduría para que dentro de los Consejos Municipales se fomenten los presupuestos participativos y de esta forma la comunidad se empodere de los proyectos de su comunidad, entre otros.  De los tres pilares, quizá el más complejo de explicar y entender es la Institucionalidad. En palabras sencillas, la institucionalidad no es otra cosa que procurar que el Gobiernos y sus entidades funcionen. Que cada cual haga lo que le corresponde de la forma más eficiente posible.  Esto abarca desde que la recolección de basura la haga la entidad responsable y de una forma organizada y eficiente, hasta la obligación del Órgano Judicial de impartir justicia, imparcial y a tiempo.

Volviendo al tema de la representatividad, los panameños hemos quizá ignorado por mucho tiempo la importancia de la Asamblea Nacional de Diputados y sin darnos cuenta, esos mismos Diputados que hemos elegido han secuestrado a todos los partidos políticos, con las funestas consecuencias que ya conocemos. ¿De quién es la culpa? De todos; pero eso no es lo importante, lo importante es ser conscientes que sí se puede hacer un cambio en ese órgano del Estado y que ese cambio depende de todos nosotros. Así como nos informamos sobre los candidatos a la Presidencia y en ocasiones sobre los candidatos a la Alcaldía, debemos otorgar ese mismo nivel de importancia a los candidatos a Diputados. A manera de ejercicio, ¿recuerdas por quién votaste a Diputado en las pasadas elecciones? ¿Lo hiciste por convicción, porque te parecía conocido o “buena gente” o porque querías apoyar a ese partido en particular?  Y finalmente, lo más importante: ¿te sientes representado por tu Diputado?

No podemos permitirnos seguir eligiendo Diputados que forman parte de estas mafias electorales, que han demostrado ser insaciables en sus ambiciones de ganancia económicas en perjuicio de todos los panameños que pagamos impuestos. Es hora de un cambio, de decir #NoALaReelección y #RenovemosLaAsamblea, a través de candidatos independientes, que comparten nuestros valores y principios y que, por fin, nos sintamos representados por ellos.